Las fábricas del suroeste de China han cerrado después de que los embalses utilizados para generar energía hidroeléctrica se agotaran debido al empeoramiento de la sequía, lo que se suma a las tensiones económicas en un momento en el que el presidente Xi Jinping está tratando de extender su posición en el poder.
Las empresas de la provincia de Sichuan -entre las que se encuentran fabricantes de paneles solares, cemento y urea- cerraron o redujeron la producción después de que se les ordenara racionar la energía durante un máximo de cinco días, según las noticias del miércoles.
Esto se produjo después de que los niveles de los embalses descendieran y la demanda de energía para el aire acondicionado aumentara con las abrasadoras temperaturas.
«Dejen la energía para el pueblo», decía una orden del gobierno provincial fechada el martes.
Los cierres se suman a los desafíos del Partido Comunista en el poder, mientras Xi, el líder más poderoso del país en décadas, se prepara para intentar romper con la tradición y adjudicarse un tercer mandato de cinco años como líder en una reunión en octubre o noviembre.
El crecimiento de la producción de las fábricas y de las ventas al por menor se debilitó en julio, lo que retrasó la recuperación económica de China después de que Shanghái y otros centros industriales fueran cerrados a partir de finales de marzo para luchar contra los brotes de virus.
