Por segundo año consecutivo, los estados norteamericanos de Arizona y Nevada se enfrentarán a recortes en la cantidad de agua que pueden extraer del río Colorado mientras el oeste de Estados Unidos soporta una sequía extrema, según han anunciado las autoridades federales.
Los recortes previstos para el próximo año obligarán a los estados a tomar decisiones críticas sobre dónde reducir el consumo y si dar prioridad a las ciudades en crecimiento o a las zonas agrícolas.
Además, los funcionarios estatales se verán sometidos a una nueva presión para planificar un futuro más caluroso y seco y una población creciente. México también sufrirá recortes.
«Estamos tomando medidas para proteger a los 40 millones de personas que dependen del río Colorado para sus vidas y medios de subsistencia», dijo Camille Touton, comisionada estadounidense de la Oficina de Reclamación.
El río suministra agua a siete estados y a México y ayuda a alimentar una industria agrícola valorada en 15.000 millones de dólares al año. Las ciudades y las explotaciones agrícolas esperan ansiosamente las estimaciones oficiales de los futuros niveles de agua del río, que determinarán la magnitud y el alcance de los recortes en su suministro de agua.
Pero eso no es todo. Además de los recortes ya acordados, la Oficina de Reclamación dijo el martes que los estados habían incumplido el plazo para proponer al menos un 15% más de recortes necesarios para evitar que los niveles de agua en los embalses del río desciendan aún más.