Las fuertes lluvias han provocado inundaciones repentinas y han causado estragos en gran parte de Pakistán desde mediados de junio, matando al menos a 903 personas y dejando a unas 50.000 sin hogar, según la agencia de desastres del país.
Miles de personas cuyos hogares fueron arrasados viven ahora en tiendas de campaña, a kilómetros de distancia de sus pueblos y ciudades inundados, tras ser rescatados por soldados, trabajadores locales de catástrofes y voluntarios.
Las inundaciones han agravado aún más la crisis económica de Pakistán. El Primer Ministro Shehbaz Sharif hizo un llamamiento el miércoles desde el extranjero, instando a los filántropos a ayudar a las zonas afectadas por las inundaciones en Pakistán.
Después de inundar gran parte del suroeste de Baluchistán y el este de la provincia de Punjab, las inundaciones repentinas también afectaron a la provincia sureña de Sindh. Las autoridades cerraron esta semana las escuelas de Sindh y Baluchistán.