Unos 215 calderones han muerto tras quedar varados en una playa de las remotas islas Chatham.
El sábado, un portavoz del Departamento de Conservación dijo que habían recibido un informe de unas 250 ballenas varadas en el extremo noroeste de la isla de Chatham (Rēkohu/Wharekauri), a 840 km al este del territorio continental de Nueva Zelanda.
E Departamento de Conservación (DOC) confirmó las muertes el sábado, explicando que no podían reflotar a los animales debido al riesgo que suponía un ataque de tiburón tanto para el personal del DOC como para las ballenas.
«Las ballenas supervivientes fueron sometidas a la eutanasia por el equipo capacitado para evitar más sufrimiento.