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Belgrado puso el martes a sus militares en alerta máxima cuando la región escindida de Kosovo comenzó a aplicar un plan para prohibir las matrículas serbias, según anunció el ministro de Defensa del país, Milos Vucevic.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, que también es el comandante en jefe de las fuerzas armadas del país, ha ordenado a los militares «aumentar el nivel de preparación para el combate para estar preparados para responder a cualquier tarea», dijo Vucevic en una entrevista con la emisora Happy TV.
«Que Serbia hable de paz y estabilidad no significa que seamos débiles, que podamos ser acosados y humillados», señaló, dirigiéndose aparentemente a los dirigentes de Kosovo.
El ejército del país, que es «muchas veces más fuerte que antes», sigue plenamente comprometido con la protección de todos los ciudadanos de Serbia, incluidos los serbios de Kosovo, advirtió el ministro. «Nadie debería dudar de ello», añadió.
Sin embargo, Vucevic subrayó que Belgrado no busca el conflicto, diciendo que «es mejor negociar durante mil días, que pasar un día en las trincheras».
