Las autoridades de Nueva Escocia, provincia del este de Canadá, han pedido ayuda exterior mientras los bomberos luchan contra los voraces incendios forestales que han obligado a más de 16.000 personas a abandonar sus hogares.
El Primer Ministro de Nueva Escocia, Tim Houston, dijo el miércoles que su gobierno había recibido ayuda de otras provincias, incluidos varios bombarderos de agua, y se había puesto en contacto con funcionarios del noreste de Estados Unidos para buscar recursos adicionales.
Decenas de bomberos luchan por contener dos grandes incendios fuera de control cerca de Halifax, la capital de la provincia. Catorce incendios están ardiendo en toda la provincia, causando cielos brumosos y ansiedad entre los residentes.
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