Al parecer, la sal ha desaparecido de los estantes de los supermercados surcoreanos y su precio se ha disparado un 40% desde abril, según la asociación de fabricantes de sal del país. También se dice que las tiendas de todo el país se están abasteciendo de sal ante la preocupación por una inminente crisis de suministro, ya que la población local está acumulando reservas antes del vertido de agua radiactiva de Fukushima al océano.
Según los medios de comunicación, en las estanterías que albergan una gran variedad de condimentos, como ajo en polvo y pasta de chile, hay huecos visibles donde antes había sal. Un medio citó un cartel que decía: «Sal agotada».
En medio del pánico comprador, el gobierno optó por liberar sal marina de sus reservas oficiales para estabilizar los precios de la sal, que también se han visto afectados por las inclemencias del tiempo que afectan a la producción de sal.
Los residentes del país, que tiene uno de los mayores índices de producción y consumo de «frutos del mar» del mundo, también se apresuran a comprar marisco. Según las redes sociales surcoreanas, existe una fiebre similar por comprar otros alimentos básicos de origen marino, como las algas.