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Pekín ha respondido al controvertido apoyo del organismo de control nuclear de la ONU a los planes de Japón de verter en el océano Pacífico las aguas residuales contaminadas de la central nuclear de Fukushima Daiichi argumentando que quienes crean que el agua es segura deberían beberla y bañarse en ella.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin, abordó la cuestión durante una rueda de prensa el martes, cuando se le preguntó por las recientes declaraciones del director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Mariano Grossi, en las que pregonaba la seguridad de las aguas residuales de Fukushima. Se burló de las afirmaciones de Grossi de que el agua era incluso segura para beber o nadar.
«Si algunas personas creen que el agua contaminada por la energía nuclear de Fukushima es segura para beber o bañarse, sugerimos que Japón guarde el agua contaminada por la energía nuclear para que estas personas la beban o se bañen en ella, en lugar de verterla al mar y provocar una preocupación generalizada a escala internacional», declaró Wang.
