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Una explosión en el Sol liberó un enorme penacho de partículas energizadas que se elevaron a 900.000 mph a través del espacio y provocaron apagones en Australia y el sur de Asia.
El martes por la mañana surgieron informes que señalaban que los radioaficionados y los navegantes habían sufrido interrupciones en torno a los dos objetivos.
La llamarada de larga duración se liberó el lunes a las 20.30 h ET y la tormenta solar alcanzó nuestro planeta hoy poco después de las 10.00 h ET.
As if on cue, Region 3575 fires an M4.2-flare with a high R1-level #RadioBlackout and launches a gorgeous #solarstorm. Likely this storm is not Earth-directed, but it sure makes for some pretty fireworks. pic.twitter.com/NRmx66BohR
— Dr. Tamitha Skov (@TamithaSkov) February 6, 2024
El Centro de Predicción Meteorológica Espacial de la NOAA indica que hay un 45% de probabilidades de que se produzcan más interrupciones de las comunicaciones en los próximos días.
Los físicos señalaron que la explosión fue una llamarada de clase M, que puede causar apagones de radio de pequeños (R1) a moderados (R2) en el lado diurno de la Tierra.
La alerta afecta sobre todo a las frecuencias utilizadas por la comunicación aérea, las estaciones horarias gubernamentales, las estaciones meteorológicas, la radioafición y los servicios de banda ciudadana, entre otros usos.
La física Tamitha Skov declaró a DailyMail.com en enero: Las personas que suelen verse afectadas son las que dependen de los servicios GPS/GNSS, especialmente en latitudes altas, así como los agricultores de precisión y cualquiera que utilice vehículos aéreos no tripulados para reconocimiento, búsqueda y rescate, o fotografía aérea».
Las llamaradas fuertes de clase M, como la que se observó el lunes, pueden lanzar una eyección de masa coronal (EMC), que son grandes nubes de plasma y campo magnético que brotan del sol.
La eyección contiene miles de millones de toneladas de material de la corona de la superficie solar.
Las CEM pueden producir una tormenta geomagnética que perturba temporalmente la magnetosfera de la Tierra y los satélites en órbita por una onda de choque del viento solar.