Los lobos mutantes que viven en la zona de exclusión de Chernobyl en Ucrania han sido expuestos a la radiación para adquirir un genoma que combate el cáncer y que podría ser la clave para ayudar a los humanos a combatir esta enfermedad mortal.
Un científico estadounidense compartió recientemente algunas de sus investigaciones que revelan esto. Aunque el área de 1.000 kilómetros cuadrados estaba prohibida para los humanos después del accidente nuclear y la radiación todavía representa un riesgo de cáncer, los animales siempre han vivido allí.
En 2014, la bióloga de la Universidad de Princeton, Kera Lowe, y sus colegas viajaron a Chernobyl para estudiar los lobos que han vivido en la zona durante generaciones. Utilizando collares especiales equipados con GPS y dosímetros de radiación, así como muestras de sangre tomadas de los animales, los investigadores descubrieron que los lobos estaban expuestos a 11,28 miliroentgens de radiación todos los días de sus vidas. Esto es más de 6 veces el límite normal de seguridad humana.