Japón sufrió una sacudida sísmica el martes por la noche, cuando dos terremotos de magnitud 6,4 y 6,2 sacudieron las regiones central y occidental del país. Los fuertes temblores perturbaron la vida cotidiana, interrumpiendo los servicios del tren bala y dejando a los residentes en máxima alerta por si se producían réplicas. Estos sismos gemelos provocaron un caos generalizado en los desplazamientos, afectando especialmente a Ishikawa y Honshu, donde el impacto fue más grave.
El martes por la noche, un terremoto de magnitud 6,4 sacudió la prefectura de Ishikawa y sus alrededores en el centro de Japón, según la Agencia Meteorológica de Japón. Afortunadamente, no se emitió ninguna alerta de tsunami tras el temblor.
A primera hora del martes, otro seísmo de magnitud 6,2 se produjo cerca de la costa occidental de Honshu. El Centro Sismológico Europeo-Mediterráneo (EMSC) informó de que este seísmo se produjo a una profundidad de 8 kilómetros, algo menos que el de Ishikawa. Aunque ambos seísmos se produjeron con horas de diferencia, ponen de relieve la gran actividad sísmica que afecta actualmente a la región.
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