La EPA dijo: «El Consejo de North Sydney nos alertó de lo que parece ser tinte rojo de fontaneros en un desagüe en Kirribilli esta tarde y actualmente estamos investigando la posible fuente».
Sospechan que el tono rojo rubí se debe a un tinte que utilizan los fontaneros, llamado fluoresceína, para ayudarles a trazar el flujo de agua.
Afortunadamente, la EPA declaró que el producto químico tiene «baja toxicidad».
Advirtió que la fluoresceína sólo debe utilizarse en cantidades «mínimas» porque «incluso pequeñas cantidades pueden ser muy visuales».
Sin embargo, esto no es más que una teoría, y los lugareños siguen esperando que se les tranquilice con respuestas firmes.
No es la primera vez que los australianos se sobresaltan con costas de color rojo brillante.
En 2012, las aguas que rodeaban varias playas australianas se tiñeron de un carmesí brillante.
En aquel caso, las playas de arena también se tiñeron de rojo al arrastrar las algas hasta la orilla.
Bondi Beach fue una de las afectadas.
Los expertos analizaron la escena y llegaron a la conclusión de que la coloración estaba causada por densas floraciones de algas.
Estas formaciones de algas reciben el acertado nombre de «marea roja» o «fuego en el mar».