Malaui, Mozambique, Zambia, Zimbabue y Namibia se encuentran entre los países más afectados por la crisis alimentaria en África Austral, donde sequías recurrentes e inundaciones han devastado cultivos y agravado la inseguridad alimentaria. Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), 27 millones de personas en la región ya sufren hambre, y la situación podría empeorar en los próximos meses. La falta de financiación ha obligado al PMA a cerrar oficinas en el sur del continente, lo que dificulta aún más la asistencia humanitaria.
La Comunidad para el Desarrollo de África Austral (CDAA) ha señalado que, aunque el fenómeno de El Niño parece haber concluido, sus devastadoras consecuencias siguen afectando a millones de personas, especialmente a los pequeños agricultores. Estos productores, responsables de la mayor parte de los alimentos en la región, enfrentan serias dificultades para acceder a semillas, fertilizantes y otros insumos esenciales, lo que pone en riesgo la próxima cosecha y amenaza con prolongar la crisis.
«Se prevé que el hambre empeore al final de la temporada de escasez, entre marzo y abril de 2025, afectando a millones de familias en toda la región», advirtió la CDAA en su último informe.
Uno de los efectos más alarmantes de esta crisis es la malnutrición infantil, que ya afecta a 21 millones de niños y niñas. Las consecuencias pueden ser devastadoras, incluyendo desnutrición severa, retraso en el crecimiento físico y cognitivo, mayor vulnerabilidad a enfermedades prevenibles y abandono escolar. Organismos humanitarios y gobiernos locales trabajan para mitigar el impacto, pero la falta de recursos y la creciente magnitud del problema han convertido esta crisis en una de las más graves que ha enfrentado África en décadas