El cambio climático ha alcanzado niveles alarmantes y fuera de control, y muchas de sus consecuencias son ahora consideradas “irreversibles”, según un informe contundente publicado recientemente. Este informe destaca que en 2024 se han registrado cifras récord en emisiones de gases de efecto invernadero, aumento de las temperaturas globales y elevación del nivel del mar, señales claras de una crisis climática que sigue intensificándose a un ritmo preocupante.
El año 2024 ha sido oficialmente el más caluroso en los 175 años de registro climático, marcando un hito inquietante en la historia del planeta. Por primera vez, la temperatura superficial promedio global ha superado en 1,5 °C los niveles preindustriales, el umbral crítico establecido en el Acuerdo de París para evitar consecuencias catastróficas en los ecosistemas y en la humanidad. Este dato, reportado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), refuerza la advertencia de los científicos de que el impacto del calentamiento global ya no es una amenaza futura, sino una realidad palpable cuyas secuelas podrían sentirse durante cientos, e incluso miles, de años.
El informe también alerta sobre los efectos devastadores de este cambio climático acelerado, que incluyen el derretimiento acelerado de las capas de hielo en Groenlandia y la Antártida, la disminución de los glaciares en todo el mundo y la intensificación de fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, huracanes, incendios forestales y lluvias torrenciales. Estos eventos no solo afectan la biodiversidad y los ecosistemas, sino que también ponen en riesgo la seguridad alimentaria, el acceso al agua potable y la estabilidad de comunidades enteras, especialmente en regiones vulnerables.
A medida que las temperaturas siguen en aumento y los registros históricos son superados año tras año, expertos y organizaciones internacionales hacen un llamado urgente para tomar medidas drásticas y reducir la huella de carbono a nivel global. Sin una respuesta inmediata y efectiva, el planeta podría enfrentar consecuencias aún más graves en las próximas décadas, haciendo cada vez más difícil la posibilidad de revertir los daños causados por la actividad humana.