El medio estatal ruso RIA Novosti y el canal independiente SHOT informaron esta semana sobre un brote de una enfermedad desconocida. A pesar de la creciente preocupación, las autoridades sanitarias aún no han revelado el número de casos ni de hospitalizaciones. Los pacientes han reportado síntomas iniciales como debilidad general y dolores corporales similares a los de enfermedades estacionales. Sin embargo, al tercer o cuarto día, muchos afirmaron que su estado empeoró rápidamente, quedando postrados en cama con fiebre alta y una tos tan intensa que provocaba llanto y expectoración de sangre.
Una paciente relató a SHOT que comenzó a toser sangre cinco días después de enfermarse, a pesar de haber dado negativo en pruebas de COVID-19 e influenza. Los médicos han detectado síntomas similares en varios casos, aunque aún no han identificado el patógeno. Hasta el momento, la enfermedad ha sido clasificada como una «infección aguda de las vías respiratorias superiores no especificada» (ARVI). Mientras que algunos pacientes se han recuperado en pocos días, otros han experimentado fiebre persistente por más de 10 días, así como tos prolongada y síntomas que no responden a los antibióticos.
Las autoridades sanitarias no han implementado medidas específicas ni emitido nuevas recomendaciones, más allá de las indicaciones generales para enfermedades respiratorias. Tampoco se han reportado cierres de escuelas ni confinamientos. Hasta ahora, no hay evidencia confirmada de transmisión comunitaria o propagación internacional. El origen del virus sigue siendo incierto.
Los profesionales de la salud han instado a quienes presenten síntomas graves a buscar atención médica inmediata, aunque el Ministerio de Salud de Rusia aún no ha emitido una respuesta oficial al respecto.