Un poderoso terremoto de magnitud 7,4 sacudió el viernes el sur de Filipinas, generando alertas de tsunami y provocando el pánico entre los residentes de las zonas costeras, que huyeron hacia terrenos más altos. Las autoridades confirmaron al menos dos fallecidos en la ciudad de Mati, en la provincia de Davao Oriental, además de daños estructurales en edificios, carreteras agrietadas y cortes de electricidad en varias localidades.
El Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología (Phivolcs) informó que el epicentro se registró al este del municipio de Manay, a una profundidad de unos 10 kilómetros. Tras el sismo, tanto Phivolcs como el Sistema de Alerta de Tsunamis de EE. UU. emitieron advertencias por posibles olas de hasta un metro, aunque las alertas fueron levantadas horas después al observarse solo leves fluctuaciones del nivel del mar.
Las autoridades locales mantienen la alerta ante posibles réplicas que podrían alcanzar magnitudes de hasta 6,4 y han instado a los residentes a verificar la seguridad de sus viviendas. Filipinas, situada en el Cinturón de Fuego del Pacífico, es una de las regiones más propensas del mundo a los terremotos. Este evento se produce pocos días después de un sismo de magnitud 6,9 en la isla de Cebú, que dejó al menos 74 víctimas fatales

