El mundo observa con preocupación el avance de una nueva cepa mutada de la gripe porcina, conocida como Influenza D, que ha comenzado a propagarse entre humanos en China, despertando el miedo a una posible nueva pandemia mundial.
Lo que inicialmente se consideraba una enfermedad limitada a hurones y ganado, ha dado un salto inesperado: ahora los científicos han confirmado que puede transmitirse por el aire entre mamíferos, lo que sugiere que el virus ha adquirido la capacidad de contagiarse de persona a persona.
El hallazgo fue publicado por un grupo de investigadores liderados por Hongbo Gao, del Instituto de Investigación Veterinaria de Changchun y la Academia China de Ciencias Agrícolas. En su estudio, advierten que la cepa identificada, denominada D/HY11, se replica con gran eficiencia en células respiratorias humanas y presenta una seropositividad del 96 % entre las personas analizadas en el noreste de China.
Según los expertos, esto podría significar que el virus ya circula silenciosamente entre la población, con un alto número de portadores asintomáticos capaces de transmitirlo sin presentar síntomas visibles. “La ausencia de manifestaciones clínicas, a pesar de la replicación viral detectable, plantea inquietudes sobre la posibilidad de que portadores asintomáticos transmitan silenciosamente el IDV dentro y entre especies”, advierte el informe.
Los síntomas detectados hasta el momento son similares a los de la gripe común: fiebre, estornudos, tos y congestión nasal, pero los científicos temen que esta nueva variante sea resistente a los tratamientos antivirales tradicionales y que no exista aún una vacuna eficaz.
Además, los primeros análisis sugieren que la cepa D/HY11 podría resistir los medicamentos más usados contra la gripe, como la amantadina y los inhibidores de la neuraminidasa, aunque posiblemente responda a una nueva generación de fármacos conocidos como inhibidores de la polimerasa.
Los expertos no descartan que este virus esté en proceso de adaptarse completamente al organismo humano, lo que aumentaría exponencialmente su capacidad de transmisión global. “Estas observaciones pueden sugerir adquisiciones evolutivas que favorecen la adaptabilidad entre especies”, concluye el informe.
Mientras tanto, las autoridades sanitarias internacionales mantienen la alerta epidemiológica, y los investigadores piden una vigilancia global inmediata ante el riesgo de que el virus cruce fronteras sin ser detectado.
En un contexto marcado por el recuerdo de la pandemia de COVID-19, este nuevo descubrimiento vuelve a encender las alarmas en todo el mundo. Si la influenza D logra consolidarse como una cepa humana estable, podría desencadenar una nueva crisis sanitaria global, con consecuencias imprevisibles para la salud y la economía mundial.
Imagen de portada (AFP vía Getty Images)

