La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una advertencia por la rápida evolución de una cepa de gripe que está siendo monitoreada de cerca por los sistemas de vigilancia internacionales, debido a su “potencial pandémico” y al aumento sostenido de casos en diversas regiones del mundo.
Según la OMS, la actividad gripal mundial ha registrado un incremento significativo en los últimos meses, impulsado principalmente por una mayor circulación del virus de la influenza A(H3N2). Este aumento coincide con la llegada del invierno en el hemisferio norte, periodo que tradicionalmente concentra más infecciones respiratorias.
En algunos países del hemisferio norte, las autoridades sanitarias han reportado inicios inusualmente tempranos de la temporada de gripe, mientras que otras naciones observan un crecimiento constante de casos que aún no alcanza niveles epidémicos. En paralelo, varios países del hemisferio sur han experimentado temporadas de influenza más prolongadas de lo habitual.
Aunque la OMS señala que la actividad actual se mantiene dentro de los rangos estacionales normales, advierte que en ciertos países ya se observan aumentos tempranos y niveles superiores a lo esperado para esta época del año. Desde agosto de 2025, los sistemas de vigilancia han detectado un rápido aumento de virus A(H3N2) pertenecientes al subclado J.2.4.1, también conocido como K, en distintas regiones del mundo.
Estos virus dominantes presentan cambios genéticos relevantes que los diferencian de otras cepas de influenza A(H3N2), lo que representa un cambio evolutivo significativo. No obstante, hasta el momento, no existe evidencia de un aumento en la gravedad de la enfermedad, según los datos disponibles.
Las primeras estimaciones indican que la vacuna antigripal actual continúa ofreciendo protección contra la hospitalización, tanto en niños como en adultos, aunque su efectividad frente a cuadros leves aún está siendo evaluada. La OMS enfatizó que la vacunación sigue siendo una herramienta clave para reducir el impacto de la influenza, incluso cuando las cepas circulantes presentan variaciones genéticas.
El monitoreo global se realiza a través del Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta a la Gripe, coordinado por la OMS y compuesto por más de 160 instituciones en 131 países. Este sistema funciona como un mecanismo de alerta temprana para la detección de nuevos virus con potencial pandémico.
Con el objetivo de reforzar la preparación sanitaria, la OMS presentó un plan de acción de 10 puntos, que incluye vigilancia global continua, recomendaciones sobre la composición de vacunas, fortalecimiento de la capacidad de laboratorio, monitoreo de la resistencia antiviral, ampliación de la cobertura de vacunación en grupos de riesgo y mejora en la comunicación pública. La organización aseguró que continuará evaluando la evolución de la gripe a nivel mundial y actualizará sus directrices conforme sea necesario.


