Una misteriosa explosión cósmica detectada a ocho mil millones de años luz de la Tierra ha dejado perplejos a astrónomos de todo el mundo. El evento, registrado a comienzos de este año, fue tan inusual que rompe todos los modelos conocidos sobre este tipo de fenómenos extremos del universo.
El 2 de julio, científicos detectaron un estallido de rayos gamma (GRB) que continuó emitiendo energía durante más de siete horas, convirtiéndose en el más largo jamás observado. Normalmente, estos estallidos duran desde fracciones de segundo hasta unos pocos minutos.
La señal, bautizada como GRB 250702B, fue descubierta por el Telescopio Espacial Fermi de la NASA, lo que activó una respuesta inmediata de la comunidad científica internacional. En cuestión de horas, los telescopios más poderosos del planeta apuntaron hacia el origen del fenómeno.
Entre los instrumentos que observaron el evento se encuentran los telescopios Gemini en Chile y Hawái, el Very Large Telescope (VLT) en Chile, el Observatorio Keck en Hawái y el Telescopio Espacial Hubble. Todos intentaban responder la misma pregunta: ¿qué pudo causar una explosión tan prolongada y energética?
Los análisis sugieren que el evento liberó un chorro extremadamente estrecho de material, dirigido casi directamente hacia nuestro sistema solar y viajando a más del 99% de la velocidad de la luz. Sin embargo, su origen exacto sigue siendo un misterio.
Entre las hipótesis que manejan los expertos se encuentran la muerte de una estrella masiva, una estrella despedazada por un agujero negro, o incluso un escenario aún más extraño: la fusión entre una estrella de helio y un agujero negro, donde el agujero negro se hunde en el núcleo estelar y provoca una explosión desde el interior.
“Este fue el estallido de rayos gamma más largo que los humanos hemos observado”, explicó Jonathan Carney, autor principal del estudio publicado en The Astrophysical Journal Letters. “Es tan extremo que no encaja en ninguno de nuestros modelos actuales, y aún no podemos determinar cuál explicación es la correcta”.
Los científicos destacan que este evento podría convertirse en un punto de referencia clave para futuras investigaciones. Si se detectan explosiones similares en el futuro, GRB 250702B servirá como patrón para determinar si se trata de un nuevo tipo de fenómeno cósmico o de una variación extrema de los ya conocidos.
Por ahora, el universo ha vuelto a recordar a los astrónomos cuánto queda aún por comprender… incluso sobre las explosiones más violentas jamás registradas.

