David Chadwell y un equipo de geofísicos han creado un avión teledirigido capaz de detectar terremotos dentro de una zona de subducción, algo que a la tecnología actual le cuesta mucho trabajo conseguir.
Los nuevos aviones teledirigidos reemplazarán a los barcos que son capaces de rastrear balizas acústicas a lo largo del lecho marino, que a su vez pueden localizar posibles terremotos proporcionando una posición GPS.
La tecnología de los drones del equipo de Chadwell no sólo reducirá los costos al reemplazar los costosos barcos, sino que también ofrecerá lecturas más confiables sobre posibles terremotos. Las naves que actualmente utiliza la Fundación Nacional de Ciencias (NSF) pueden costar hasta 50.000 dólares al día. La nueva tecnología de aviones teledirigidos sólo costaría alrededor de 500 dólares al día.
Laura Wallace, científica geodésica, dijo a la revista Science Magazine que la nueva tecnología iba a «marcar una gran diferencia», después de que la NSF comprara tres aviones teledirigidos al equipo de Chadwell por 5,5 millones de dólares para estudiar 16 sitios diferentes del fondo marino.
La NSF espera usar esta tecnología para aprender más sobre un posible terremoto en la zona de subducción de Cascadia, que se encuentra justo al noroeste del Pacífico. Informes anteriores indican que un terremoto de gran magnitud podría ser el resultado de la ruptura de la zona.
Con la nueva tecnología de aviones no tripulados, la NSF espera poder obtener más información sobre las amenazas sísmicas en las profundidades del océano. Con suerte, la NSF continuará financiando la investigación de grupos como el de Chadwell para poder descubrir más información sobre cualquier amenaza potencial.