Según una teoría de cómo se formó nuestra luna, hace unos 4.500 millones de años un objeto del tamaño de Marte colisionó con una Tierra recién formada. Sin embargo, nunca pudimos confirmar su existencia. Hasta ahora…
En lo que se conoce como la hipótesis del impacto gigante, se cree que un planetoide de alguna descripción de otra parte del sistema solar se fusionó con la Tierra, ayudando potencialmente a crear las condiciones para soportar la vida.
Sin embargo, durante esta masiva colisión, según la teoría, se cree que un gran trozo conocido como Theia se desprendió y formó la Luna. Ahora, por primera vez, los científicos creen haber encontrado rastros de Theia dentro de la Luna, ocultos casi a plena vista.
Anteriormente, los modelos predecían que entre el 70 y el 90 por ciento de la Luna debería haber estado compuesta por Theia, pero las muestras lunares traídas para el análisis mostraron principalmente isótopos de oxígeno terrestres encontrados aquí en la Tierra y no extraños de otros lugares del sistema solar.
Las probabilidades de que Theia tenga una composición similar a la de la Tierra son extraordinariamente pequeñas, por lo que los teóricos e investigadores se quedaron rascándose la cabeza; Es decir, hasta que el científico planetario Erick Cano y su equipo realizaron un meticuloso y metódico reanálisis de las muestras lunares que hasta ahora hemos podido traer a la Tierra.
Analizando los datos de una enorme variedad de muestras de rocas tomadas de la superficie lunar y de vidrio volcánico lunar, usando técnicas de análisis modificadas, el equipo encontró que, al contrario de los hallazgos anteriores, los isótopos de oxígeno variaban enormemente dependiendo del tipo de roca que analizaban y de la profundidad de la que se tomaba.
Cuanto más profunda era la muestra de roca encontrada en la Luna, más pesados se volvían los isótopos de oxígeno, lo que divergía enormemente de lo que típicamente encontramos en la Tierra e indicaba que los investigadores, de hecho, habían encontrado a Theia bajo la superficie lunar.
El equipo cree que el exterior de la Luna fue pulverizado en la colisión colosal de hace todos esos miles de millones de años y envolvió a Theia en enormes cantidades de polvo, casi como un bombón.
Las misiones tripuladas a la Luna en un futuro próximo facilitarían un análisis más profundo para confirmar la teoría.