(Imagen superior portada creación artística asteroide Web)
El concepto, que aún se está elaborando, propone la colocación en órbita de minisatélites estacionarios que utilizarían la energía solar acumulada para propulsarse hacia los visitantes interestelares en caso de que éstos llegasen a ser vistos.
La NASA ha aprobado la financiación de un innovador «tirachinas orbital dinámico» que tiene como objetivo el seguimiento de los asteroides acercándose a ellos, tal como lo propusieron los investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), informó Phys.org.
El proyecto, que presupone que una pequeña flota de satélites estáticos, estacionados en órbita, realizará misiones en pequeña escala a objetos interestelares itinerantes, fue señalado por el programa de Conceptos Avanzados Innovadores (NIAC) de la NASA, una división que se centra principalmente en la tecnología de punta y las técnicas de exploración espacial.
Richard Linares, profesor adjunto del Departamento de Aeronáutica y Astronáutica del MIT y autor del concepto, dijo que la investigación actual de los visitantes interestelares está llena de problemas dado su posible tamaño y características físicas:
«Hay muchos desafíos fundamentales con la observación [de objetos interestelares] desde la Tierra – suelen ser tan pequeños que la luz del Sol necesita iluminarlos de cierta manera para que nuestros telescopios los detecten», señaló, subrayando también que las actuales tecnologías de propulsión son también «un factor limitante» que impide llegar al espacio con suficiente rapidez.
Los minúsculos satélites artificiales que el equipo espera desplegar utilizan velas solares en miniatura para ajustar sus órbitas y mantener una posición convenientemente cercana que les permita acercarse a cometas y asteroides y realizar investigaciones.
Los satélites se desplegarán y se enviarán a la trayectoria de los objetos que se aproximan con poca antelación, después de que estos últimos sean detectados con el satélite mejor situado encargado de entrar en contacto con los cuerpos celestes.
Cada vela solar acumularía energía de manera que bastaría para que el satélite se lanzara a un objeto en cuestión.
Independientemente de si este concepto podría dar resultados o no, no hay duda del valor científico de estudiar un ISO de cerca.
«Estudiar un cuerpo interestelar de cerca revolucionaría nuestra comprensión de la formación y evolución de los planetas», comentó el miembro del equipo Benjamin Weiss del Departamento de Ciencias de la Tierra, la Atmósfera y los Planetas del MIT, elogiando la oportunidad de arrojar luz sobre lo posible que es la transferencia cósmica de la vida.
«Por primera vez, pudimos obtener mediciones sensibles de la composición de la masa de otros sistemas solares. También podríamos aprender cuán rápido y cuán comúnmente transitan los objetos entre los sistemas solares, lo que nos dirá la viabilidad de la transferencia interestelar de vida».
El NIAC ha aprobado por ahora el concepto de la Fase Uno, un estudio de nueve meses para determinar su viabilidad general. Si se demuestra que tiene éxito, el NIAC puede aprobar las dos fases siguientes, con el equipo preparado para hacer uso de este tiempo extra para seguir desarrollando el concepto.