(Imagen de portada Hallan esqueleto de mamut lanudo en un lago en el norte de Siberia archivo )
Científicos del Centro de Investigación de Virología Vectorial de Rusia han comenzado a inspeccionar los restos momificados de antiguos animales siberianos en busca de virus primordiales, según informaron el martes los medios de comunicación.
Según el periódico Siberia Times, se tomaron más de 50 muestras del tejido blando de un cadáver de caballo de 4.450 años de antigüedad en el Museo del Mamut de Yakutsk.
Investigadores de Vector y de la Universidad Federal del Noreste de Yakutia recogerán muestras de un mamut lanudo de 43.500 años de antigüedad, un alce, perros y otros animales desenterrados en el desierto helado de Siberia.
Las muestras se enviarán a la sede de Vector en Novosibirsk, donde los científicos examinarán los restos en busca de virus, informó el medio de comunicación.
«El equipo del Centro de Virología de Vector está interesado en encontrar paleovirus que permitan iniciar el desarrollo de la paleovirología en Rusia y llevar a cabo una investigación puntera sobre la evolución de los virus», declaró Olesya Okhlopkova, investigadora de Vector, en declaraciones recogidas por Siberia Times.
Además, añadió que hasta ahora sólo se han realizado investigaciones limitadas sobre las bacterias antiguas en los tejidos blandos de los animales conservados.
Cuando se descubren restos de animales antiguos, los científicos suelen realizar una prueba bacteriológica. Hasta ahora no se han realizado comprobaciones de virus, que son mucho más pequeños que las bacterias.
Una vez en los laboratorios de Vector, se aislará la información genética de las muestras, lo que permitirá a los investigadores indagar en la composición de los restos. Si se encuentran rastros de virus antiguos, los investigadores podrán «determinar el potencial epidemiológico de los agentes infecciosos existentes en la actualidad», explicó Olesya al periódico.
Vector es un centro líder mundial en biotecnología, virología y epidemiología. Posee una de las últimas muestras de viruela del mundo y está detrás de la segunda vacuna rusa contra el coronavirus, EpiVacCorona.