Por primera vez, un grupo de investigadores italianos ha relacionado los micro y nanoplásticos contaminantes ambientales procedentes de envases de alimentos, neumáticos, ropa, tuberías de agua y otros elementos con patologías cardiovasculares en humanos.
Las pequeñas partículas que contaminan el medio ambiente y se tragan o inhalan pueden eventualmente formar placas de grasa (aterosclerosis) que se acumulan en las paredes de los vasos sanguíneos, según su estudio, publicado el miércoles en el New England Journal of Medicine.
Los autores llegaron a esta conclusión después de observar a 257 pacientes con aterosclerosis que se sometieron a una endarterectomía carotídea, un procedimiento que elimina los depósitos de grasa que bloquean el flujo sanguíneo normal en ambas arterias carótidas. Al analizar la placa eliminada por diversos métodos, se encontraron trazas de polietileno, cloruro de polivinilo y otras partículas plásticas (principalmente nanoplásticos) en 150 pacientes (58,4%).
Después de la cirugía, los investigadores siguieron a todo el grupo de estudio durante 34 meses. Este estudio adicional encontró que las personas con placa aterosclerótica en las arterias tenían un «riesgo de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular o muerte por cualquier causa» 4,5 veces mayor en comparación con aquellos sin signos de aterosclerosis.