En mayo, Haití experimentó un aumento significativo de la actividad sísmica, con más de 60 sismos registrados en todo el país.
Los los sismos variaron en intensidad de 1,1 a 3,3 en la escala de Richter, lo que indica un importante trastorno geológico durante el mes.
Los datos recopilados por redes sismológicas en Cuba, Jamaica y República Dominicana mostraron que la mayoría de los sismos fueron pequeños, con 63 temblores de magnitud tres
La distribución geográfica de los sismos mostró un patrón inquietante: 20 de ellos ocurrieron en alta mar. Específicamente, se produjeron siete sismos oceánicos a lo largo de fallas en el norte de Haití. Este posicionamiento genera preocupación sobre el potencial de tsunamis si la actividad sísmica coincide con ciertas condiciones oceánicas y geológicas.
La frecuente actividad sísmica de Haití se puede atribuir a su ubicación en una falla importante donde se unen las placas de América del Norte y el Caribe.
Estas placas constituyen la mayor parte de la corteza terrestre, que se deslizan unas contra otras con el tiempo y crean las condiciones para los terremotos.