Un ambicioso plan espacial está generando preocupación en la comunidad científica. La empresa Reflect Orbital ha solicitado autorización para lanzar más de 4.000 espejos solares al espacio con el fin de redirigir la luz del Sol hacia la Tierra durante la noche, un proyecto que promete revolucionar la energía… pero que también podría acabar con la oscuridad natural del planeta.
Los responsables aseguran que esta red de reflectores podría prolongar la generación de energía solar, favorecer el crecimiento de los cultivos y ofrecer iluminación de emergencia en zonas de desastre. Sin embargo, astrónomos y expertos en biodiversidad advierten que el impacto ambiental sería catastrófico.
“Reflejar más luz hacia la Tierra erosionará la noche”, advirtió Robert Massey, subdirector de la Real Sociedad Astronómica del Reino Unido. “Desde una perspectiva astronómica, sería desastroso”.
Los científicos temen que la desaparición de la noche altere los ritmos circadianos humanos, provoque problemas de sueño y depresión, y afecte gravemente a las aves, insectos y ecosistemas nocturnos.
Actualmente, la contaminación lumínica aumenta un 10 % cada año debido a la iluminación LED. Donde hace dos décadas podían verse 250 estrellas, hoy solo son visibles unas 100.
Reflect Orbital planea lanzar en 2026 su primer satélite de demostración, EARENDIL-1, que desplegará un espejo cuadrado de 18 metros para dirigir luz solar a regiones específicas. Según la empresa, los reflejos serán “localizados y temporales”, con una intensidad similar a la de la Luna llena.
Pero algunos astrónomos como John Barentine, del Observatorio Silverado Hills (EE. UU.), advierten que el haz reflejado sería “cuatro veces más brillante que la Luna”, y que el efecto sobre la fauna “será inevitable”.
El debate apenas comienza: ¿energía limpia o el fin de la noche?

