Islandia ya se está recuperando de tres erupciones volcánicas en otros tantos meses, pero pronto podría haber más.
Los científicos advierten de que el magma vuelve a acumularse bajo Svartsengi, en la península de Reykjanes, un foco volcánico al suroeste de la capital, Reikiavik.
Según la Oficina Meteorológica de Islandia (IMO), el volumen de magma bajo el Svartsengi está alcanzando un nivel similar al anterior a las últimas erupciones entre diciembre y principios de este mes.
Svartsengi alberga una central geotérmica y el popular balneario de la Laguna Azul, que acaba de reabrir sus puertas a los visitantes.
Una erupción podría comenzar en muy poco tiempo, incluso en menos de 30 minutos, y los expertos advierten de que «no es muy prudente» pasar la noche cerca.
Según la OMI, una erupción podría amenazar de nuevo la ciudad de Grindavik, cuyos habitantes acaban de poder regresar tras las evacuaciones de diciembre y enero.
Las señales de que el magma se está abriendo paso hacia la superficie se manifestarían en una «actividad microsísmica repentina, localizada e intensa», añadió la oficina.
Si la actividad sísmica se dirige hacia el sur, hacia Grindavík, tardará un poco más, por lo que habrá alguna advertencia al respecto», declaró a Vísir Kristín Jónsdóttir, especialista en riesgos naturales de la OMI.